Las iguanas por naturaleza desconfían de todo lo que se mueve, está en su instinto. La memoria de los reptiles es corta, no suelen recordar lo pasado hace 3-4 días, por eso la repetición de pautas y comportamientos diarios con ellas es algo muy importante que debemos hacer.
Cuando una iguana llega por primera vez a su nuevo hogar, a tu casa, en su terrario, es normal que en un par de días no coma o esté un tanto rara, al cabo de un tiempo cuando se termine de acostumbrar a su nuevo lugar, se relajará. Esto se debe a que la iguana se duerme y despierta en un mismo lugar, con las mismas vistas, los mismos olores, ahí se produce una pauta de repetición, y el terrario lo asocia a su "casa", su lugar donde refugiarse y sentirse segura.
¿Cómo sé cuando la iguana me puede morder? Antes de atacar, la iguana intentará intimidarte, y emitirá unas señales: extenderá la papada, abrirá completamente los ojos, resoplará y si se ve muy amenazada incluso puede llegar a gruñir y abrir la boca para enseñarte los dientes.
La dentadura de la iguana no está destinada a morder para atacar y hacer daño, sino para defenderse, por eso sus dientes son pequeños y con forma de sierra, simplemente para cortar las hojas de los árboles y los frutos de estos.
Si en los primeros días intentamos coger a la iguana y ésta nos ataca con colazos o intentos de mordeduras, no os asustéis es completamente normal, esperad a verla que come y hace una vida algo más tranquila. Debemos meter la mano en el terrario unos minutos para que la iguana vaya reconociendo nuestro olor, y vea que una mano en su territorio no es una amenaza sino todo lo contrario. Repetir esto durante un par de semanas, cuando veamos que la iguana deja de asustarse y la notamos más tranquila con nuestra presencia, es buen momento para intentar cogerla.
En el momento de cogerla por primera vez, utiliza un guante grueso porque su mordedura puede atravesar una camiseta o un pantalón fácilmente. Debes mantenerla en tu mano durante unos minutos y la devolverla a su terrario, si es posible esto lo repetiremos dos o tres veces al día hasta notar un cambio en su comportamiento, viéndonos como alguien beneficioso para ella, un ser no peligroso.
Si en algún momento tu iguana te muerde, no te apartes de forma brusca pues puedes dañarle la mandíbula o empeorar la herida. La iguana al morder puede hacer dos cosas: o te suelta siendo esto una advertencia o intentará desgarrar moviendo la cabeza, simplemente con mucha calma apartaremos la boca de la zona afectada, desinfectaremos la herida con agua oxigenada y aplicaremos Yodo (betadine). Si observamos que la herida es demasiado grande o no tiene buen aspecto acude a un hospital para tratarla. Este tipo de heridas bien tratadas no suelen dar muchos problemas de cicatrización en unos días se recuperará la zona afectada.
Recuerda que la iguana no tiene porque mostrar gestos o síntomas de agresividad, puede atacar cuando menos se la espera, no te descuides y sobre todo la subestimes. Intenta siempre acostumbrar tu iguana a tu presencia con las pautas de repetición así nos aseguraremos de que la iguana no se "olvida" de nosotros.
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